Relajación muscular: El agua caliente y los chorros de hidromasaje ayudan a aliviar tensiones musculares y dolores, especialmente en la espalda, cuello y piernas.
Mejora la circulación: El calor dilata los vasos sanguíneos, lo que facilita una mejor circulación y oxigenación de los tejidos.
Reducción del estrés: El entorno cálido y burbujeante del jacuzzi promueve la relajación mental, disminuye el cortisol (hormona del estrés) y mejora el estado de ánimo.
Mejora del sueño: Usar el jacuzzi antes de dormir puede ayudar a conciliar el sueño más fácilmente, ya que relaja el cuerpo y la mente.
Alivio de dolores articulares: Es beneficioso para personas con artritis u otras condiciones articulares porque el agua caliente reduce la rigidez y mejora la movilidad.
Detoxificación: El calor puede ayudar a eliminar toxinas a través del sudor, aunque esto es un beneficio más complementario.
