Se refiere a la remoción y retiro del material vegetal y tierra superficial (como árboles, arbustos, raíces, piedras y otros elementos) que se encuentra en un terreno antes de iniciar una obra.
- Mejora la estabilidad del terreno: Al eliminar material orgánico y suelto, se obtiene una base más firme para construir.
- Previene daños estructurales: Reduce la posibilidad de hundimientos, grietas o movimientos indeseados en la construcción.
- Facilita la ejecución de obras: Una superficie limpia y nivelada permite un trabajo más rápido y eficiente para excavaciones, cimentaciones y otras actividades.
- Optimiza el uso de maquinaria: Sin obstáculos ni restos vegetales, las máquinas pueden operar mejor y con mayor seguridad.
- Cumple con normas y regulaciones: Realizar esta etapa garantiza que el proyecto esté dentro de los estándares exigidos por las autoridades.
- Evita riesgos ambientales: Reduce el riesgo de incendios, proliferación de plagas y otros problemas derivados de restos vegetales acumulados.
- Contribuye a una planificación más precisa: Al conocer y preparar adecuadamente el terreno, se puede diseñar mejor la obra y anticipar problemas.